A la ciudad ilicitana nos desplazamos con ganas de pólvora y fiesta. A media tarde la expedición peralica aterrizaba en el centro de Elche plagado de cohetes por todas partes, hasta en los puentes del río Vinalopó.
Antes de abrir boca nos desplazamos al centro histórico de Elche con tal de ver monumentos, y nada más enfilar el puente, camino de la Plaça de Baix, el Icue se percató de los primeros monumentos ilicitanos... ¡Mira ver, Maribel!
Monumentos ilicitanos
En la Plaça de Dalt, nos encontramos con un marathoniano del Km21Elx, que enfundado en su traje de policia local, velaba por la seguridad de los viandantes entre tanto petardo y cohete. Todavía tuvo tiempo para decirle a nuestro Icue que estaba "un poquet groset", a lo que Pepa respondió que lo arreglaba esa misma noche (no sabemos como...jejeje).
Ya en el Carrer Major, pasó fugazmente Carolina Cerezuela, musa ilicitana. Iba con mucha prisa rodeada de gorilas, no sabemos si en busca de Carles Moyá o de Bernardo el de Camera Café.
Tras la cena comenzaba la noche mágica, más de una hora en la que se lanzan miles de fuegos artificiales en forma de palmera, cohetes ruidosos conformando la "coetá" y que tiene su culminación con el lanzamiento de la "Palmera de la Vírgen" desde el campanario de la Basílica de Santa María de Elche.
La noche continua hasta la madrugada con la "guerra de carretillas" en el casco histórico ilicitano.
Fuegos artificiales sobre Elche
"Coetá"
Palmera de la Vírgen