lunes, 17 de enero de 2011

Cross Internacional de Itálica

La pasada semana cumplí 53 años, y que mejor regalo que acudir a la localidad sevillana de Santiponce, para correr el XXIX Cross Internacional de Itálica.
Hace años, cuando uno era más joven, corrí en los crosses de Elgoibar, Lasarte, Amorebieta, Sonseca, Venta de Baños o Quintanar de la Orden, pero me faltaba este cross en mi palmarés.
Me hacía mucha ilusión correr esta prueba del selecto grupo de crosses del calendario nacional de la RFEA.


Nunca es tarde, así que decidí meterme 1.200 Km. de coche (Cartagena – Santiponce, ida y vuelta), para correr tan sólo los 7 Km. de cross... ¡pero que 7 Km!... en el marco incomparable de la ciudad romana de Itálica.

Itálica fue fundada por Publio Cornelio Escipión en el año 206 a. C., siendo la primera ciudad romana fundada en Hispania. La ciudad alcanzó su esplendor a finales del S. I y principios del S. II, bajo el poder de los dos emperadores romanos nacidos en ella, Adriano y Trajano.


El circuito del cross de Itálica bordea el inmenso Anfiteatro Romano, uno de los mayores del Imperio, con capacidad para 25.000 espectadores, y los mosaicos de las innumerables casas de la ciudad, como la Casa de la Exedra, la Casa de Neptuno, la Casa de los Pájaros, la Casa de Hilas o la Casa del Planetario.


A las 9:30 h. comenzaba la matinal atlética con los alevines masculinos, mientras el circuito se llenaba de atletas y espectadores. A las 12 h. se daba la salida a la carrera de élite femenina, donde la keniana Cheruyot sorprendía a la favorita, su compatriota Linet Masai.


En la élite masculina el keniano Leonard Komon revalidó su título en el XXIX Cross Internacional de Itálica, acompañándole en el podium sus compatriotas Kisorio y Macharinyang.


A las 12:30 h. se daba la salida al cross popular con más de 2.200 atletas entre senior, veteranas y veteranos. La distancia a recorrer era de 7.000 m. , dando dos vueltas a un circuito rompepiernas con continuas subidas y bajadas.

Los primeros metros se corrieron a un ritmo exigente para poder tomar posiciones antes de la primera zona estrecha, la zona del Lago, desde donde se ascendía a la colina del Anfiteatro Romano.
Tras bordear el coliseum de Itálica, entre pinos y cipreses, se cubría el segundo kilómetro, bordeando las casas romanas con sus espectaculares suelos de mosaico, en un continuo ascenso hasta la parte más elevada del yacimiento arqueológico.
El último kilómetro y medio de la primera vuelta nos llevaba a las primeras casas del pueblo de Santiponce, en una larga bajada, para tener que subir de nuevo a la zona de salida y meta.


Al final de la primera vuelta vi que el ritmo era muy rápido, y que todavía quedaban cuatro kilómetros de toboganes, por lo que decidí aminorar un poco el ritmo, de cara a la segunda vuelta. El cansancio se acumulaba y el segundo paso por la zona de las casas romanas, con subida tendida, se hizo muy duro, pero la meta estaba a poco más de un kilómetro y tenía que sufrir.


Tras el último giro quedaban los últimos 150 metros de recta final, y al fondo se divisaba el "Arco del Triunfo", de cartón piedra, simulando los de piedra del Imperio Romano.
El sueño de correr en Itálica se había cumplido, entraba por el arco sprintando, arañando segundos al crono, aunque el tiempo era lo de menos.


Al final terminé en el puesto 288º entre los más de 2.200 atletas y el 148º de los más de 880 atletas veteranos, de más de 35 años. No sé en que puesto llegaría entre los veteranos D (50 – 55 años) ya que la clasificación es conjunta.

Al final el crono se paró en 29:29 en los 7.000 metros, lo que indica un promedio de 4:13 / Km., un tiempo mejor de lo esperado, ya que soy un negado para las cuestas.



Los colores “peralicos” del club Marathón Cartagena se vieron en la antigua ciudad romana, y espero que en un futuro más atletas cartageneros corran este Cross Internacional de Itálica, uno de los más importantes del calendario nacional e internacional.

¡Será posible que alcanzase el Olimpo!